La editorial Insólita acaba de publicar «Todos los pájaros del cielo» (2016), una novela a caballo entre fantasía y ciencia ficción de la autora norteamericana Charlie Jane Anders.
Charlie Jane Anders nació en Connecticut y creció en el pequeño pueblo de Mansfield. Fue a la Universidad de Cambridge en Inglaterra, estudió literatura inglesa y asiática, y pasó un tiempo estudiando en China. Actualmente reside en San Francisco. Desde que empezó a publicar en 1999 ha escrito más de 100 relatos en diversos géneros.
Ha escrito tres novelas: Choir Boy (2005), Todos los pájaros del cielo (2016) y este mismo año acaba de publicar The City in the Middle of the Night (2019)
Con la novela Choir Boy obtuvo el premio Lambda (dedicado a destacar la literatura de ciencia ficción LGTBI) en la categoría trangénero-queer. Trata de un niño de doce años, Berry, que en su vída lo único que desea es continuar como niño de un coro. Desesperado para que no cambie su voz conforme crece, intenta castrarse sin éxito y luego convence a una clínica para que lo trate como un transexual. Berry comienza a tomar píldoras hormonales, que evitan que su voz se haga más grave pero también le hacen crecer los senos. Todo ello lo lleva a enfrentarse un mundo de inesperadas cuestiones de género.
Por su novela corta Six Months, Three Days (2011) obtuvo el premio Hugo y también ha obtenido el premio Sturgeon y otros premios a algunos de sus relatos
Es muy activa en el mundo geek. En 2007 publica con su compañera Annalee Newitz un libro de historias en primera persona de mujeres geeks llamado She’s Such a Geek: Women Write About Science, Technology and Other Nerdy Stuff. Ella misma reconoce que “hubo mucha resistencia para hacer este libro, porque nadie creía que hubiera un espacio para escribir sobre mujeres geeks”.
Junto con Annalee Newitz, Anders fundó en 2008 el blog de Ciencia Ficción Io9. Y luego la revista impresa Other. Además presenta el blog Our opinions are correct. Organiza y presenta la ecléctica serie de lectura Writers With Drinks, fundada en 2001 y dedicada a la cultura alternativa de San Francisco (ver Sfgate).
Ah! Dos cuestiones más. Anders padece trastorno de integración sensorial que ella cree que fue lo que la impulsó en el camino de la imaginación. Y, además, es una persona transgénero. Un tema de interés que me gustaría abordar en algún momento en este blog es la cuestión LGTBI en la ciencia ficción. Mientras tanto lo cierto es que un buen número de personas trasn, no binarios o no conformes con el encasillamiento de género, están escribiendo ciencia ficción y fantasía; sufriendo no pocos rechazos y discriminaciones como justamente denuncia Kameron Hurley. Junto a a Charlie Jane Anderes podríamos citar a Jordy Resenberg, Andrea Lawlor, Akwaeke Emezi, Daniel Ortberg, Vivek Shraya, Joshua Jennifer Espinoza, Rivers Solomon, Jayy Dodd, y otras muchas mas
Todos los pájaros del cielo
La novela llega precedida de su fama por haber recibido tres importantes premios en 2017: el Locus (de los lectores de esta revista), el Nébula (de la asociación de escritores de CF) y el Crawford (al primer libro de fantasía publicado por un autor ese año).
Se trata de una novela a caballo entre la fantasía y la ciencia ficción, es una mezcla con todos los riesgos que conlleva. Magia y ciencia.
Charlie Jane Anders desarrolla su novela en un paisaje en el que la magia y la ciencia, los conjuros y las máquinas, coexisten sin mezclarse. Son dos formas de mirar el mundo, de relacionarse con la naturaleza y de tratar de actuar en ella, sobre ella o contra ella.
Y, sin embargo, en esa simple coexistencia en la que estas dos miradas actúan como si se ignorasen mutuamente, evitando el diálogo, la interacción es inevitable porque la ciencia desarrolla máquinas que alteran la naturaleza en la que también han de vivir la magia, las brujas y los conjuros… y la gente corriente.
Patricia y Laurence representan estas dos miradas que se van desarrollando desde su infancia; Patricia advertida por los pájaros de su capacidad para comunicarse con la naturaleza, y por tanto de su carácter de bruja, y Laurence centrado en la tecnología a partir de conseguir descifrar unos esquemas para montar una máquina del tiempo que lo hace viajar dos segundos hacia el futuro. Paradójicamente, estas especiales capacidades creativas y de comunicación, les separaban de los demás y les hacían la infancia más difícil.
He aquí un aspecto interesante de la novela. Todos los pájaros del cielo habla de bulling, de cómo el ser diferente te puede llevar a ser apartado de la manera más brutal y cruel. La sociedad repudia -y teme- a los diferentes. Pero pese a ello aquí nuestros protagonistas andan su camino, por doloroso que pueda ser, y lo es. Pienso que aquí hay un hermoso mensaje: mirar con otros ojos no puede ser malo, extraño, raro o definitivamente erróneo. Diferente es solo diferente; y muchas veces (la mayoría) es enriquecedor[i].
La novela nos presenta un escenario que contiene todos los elementos de desastre planetario, el abuso de la acción humana sobre la naturaleza avanza provocando todo tipo de catástrofes “naturales”. Curiosamente, la autora no retrata conductas sociales apocalípticas sino manteniendo un cierto tono de cotidianeidad; lamentando los desastres, echando de menos a sus familias, buscando recursos, trabajo, vivienda, manteniendo relaciones sexuales, rupturas y contradicciones afectivas…

Y luego están quienes pretenden actuar a la vista del desastre irreparable del planeta. Todo no se puede salvar así que habrá que salvar una parte. Ahí se plantean varios dilemas y errores éticos del uso de la tecnología que, por nombrar algunos, serían: Por supuesto, los nuevos actores no han asimilado ninguna lección sobre efecto en cadena del uso indiscriminado de las tecnologías y el abuso de los combustibles para el enriquecimiento privativo que socializa los efectos adversos; La nueva solución “técnica” da por perdido el planeta, se centra solo en las personas y solo en una parte minúscula de las personas, ignorando el hecho de que al seleccionar personas y separarlas de la naturaleza no estás salvando a la humanidad sino eliminando la humanidad de aquellos seres a quienes supuestamente vas a salvar. La tecnología que se centra en el objeto que construye y olvida la humanidad produce destrucción a corto, medio o largo plazo.
Por su parte, la autora, aunque no se posiciona, parece dar más crédito ético a la magia que concibe como una estrecha comunicación de las personas con la naturaleza y que insiste tener presente la relación causa efecto más allá del ensayo de laboratorio. Así, Patricia sostiene que la base ética es sencilla; valorar los efectos que nuestras conductas tienen sobre la vida de los demás, de “todo” lo demás. Y, sin embargo, si la tecnología sin conciencia puede destruir, la magia, aun con las mejores intenciones, no parece capaz de construir.
Da toda la impresión de que la autora no contrapone ciencia y magia, sino que intenta dotar de conciencia ética al uso de la tecnología, lo que en los días que corren, parece pertenecer al mundo de la magia.
Ver otras reseñas
- Yo sin Miedo: http://yonsinmiedo.es/todos-los-pajaros-del-cielo/
- Laura S. Maquilón en La Nave Invisible: https://lanaveinvisible.com/2018/07/17/resena-todos-los-pajaros-del-cielo/
[i] Ver http://yonsinmiedo.es/todos-los-pajaros-del-cielo/