Mujer, feminismo, ciencia ficción

Åsa Ericsdotter es una autora sueca nacida en 1981 en Uppsala. Debutó en el panorama literario a los diecisiete años con el libro «Oskyld», una fuerte historia en prosa lírica sobre el amor, la pasión y el dolor. Sus letras son reveladoras, expresivas y muy eróticas, rayanas en lo destructivo. Desde entonces, ha publicado varias colecciones de poemas y 6 novelas. Actualmente, Åsa Ericsdotter reside en Maine, Estados Unidos, junto a su familia

Entre sus obras más destacadas se encuentra «Hambre» (2016), una distopía en la que el primer ministro de Suecia intenta erradicar la obesidad con métodos poco ortodoxos. La trama se sitúa en un futuro cercano donde el líder del Partido de la Salud, Johan Svärd, ha conseguido una abrumadora victoria electoral con una sola promesa: erradicar de Suecia el sobrepeso.

No tarda en crearse gobierno autoritario que pone en marcha una cruzada para erradicar la obesidad y fomentar el ideal de un cuerpo perfecto.

La trama se desarrolla en forma de thriller: el historiador Landon, se ha separado de su novia Rita, obsesionada con la manía letal de perder peso que, tras haber bajado a menos de cuarenta kilos, termina muriendo de hambre. Traumatizado se va a la casa de campo de su padrastro para trabajar en una tesis y allí conoce a la enfermera Helena, despedida porque una persona regordeta crea mal ambiente para los enfermos. Ha tenido que sacar de la escuela a su hija también regordeta, que sufre el acoso de los niños y los profesores.

El programa de convertir a Suecia en un país de personas delgadas se convierte en un plan de terror sobre el que la autora navega con oficio. Como dice La bitácora de mis lecturases una historia escalofriante y pensar que pueda suceder algo así en la realidad es aterrador

Åsa Ericsdotter se sumerge en una sociedad obsesionada por la belleza y el control del cuerpo, donde la delgadez es la máxima virtud y ser obesa/o un motivo de rechazo y marginación. Lo que hoy en parte ya es una realidad, es llevado a un extremo distópico de horror y exterminio nazi.

El control del cuerpo y la mente es uno de los temas centrales de la novela. Ericsdotter explora cómo el poder puede manipular la percepción de la realidad y ejercer un control casi absoluto sobre los individuos. A través de la propaganda y la vigilancia, el gobierno en «Hambre» busca moldear a la sociedad según sus ideales, eliminando cualquier forma de disidencia. De nuevo La bitácora de mis lecturas: “Lees y da escalofríos pensar en lo fácil que es manipular a una sociedad (o rebaño), lo fácil que es imponer una idea como buena y poco a poco transformar a una sociedad más o menos feliz en otra que se obsesiona con perder peso, en algunos casos hasta extremos mortales”.

La deshumanización es otro tema crucial que se destaca en la novela. Los personajes son reducidos a meros números y estadísticas, y sus vidas son controladas por políticas que no consideran su individualidad ni su humanidad. Esta deshumanización se refleja en la forma en que se trata a los ciudadanos obesos, quienes son estigmatizados y castigados por no cumplir con el ideal de delgadez.

Pero, a pesar de la opresión, la novela también demuestra que surge la resistencia y la lucha por la libertad. Los personajes que se oponen al régimen representan la esperanza y la capacidad humana de desafiar la injusticia. Su valentía y determinación ofrecen un contrapunto a la tiranía, subrayando la importancia de la resistencia en la lucha por un mundo más justo y humano. Sólo que ¡ay! (spoiler) al final tienen que intervenir los norteamericanos.

Bueno, ya digo, no contaré la trama, porque hay un placer en la lectura de los giros inesperados de la misma. Como Майя Ставитская, “sólo diré que Åsa Ericsdotter podrá asustaros, provocar asco, vergüenza, indignación, haceros llorar. Y lo hará con maestría”.


Una respuesta a “Hambre, otra distopía inquietante”

  1. […] Hambre, de la autora sueca Åsa Ericsdotter, nos muestra un sistema estatal que exige a las personas que permanezcan “delgadas”, estableciendo una regulación obligatoria sobre la alimentación y el cuerpo como vía para imponer la norma. La salud pública se vuelve ideología. […]

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