Mujer, feminismo, ciencia ficción

El autor

Chi Ta-wei (紀大偉) es una figura fundamental en la literatura taiwanesa contemporánea, aclamado por su innovadora mezcla de ciencia ficción, cyberpunk y teoría queer. Nacido en 1972, Chi es también académico y activista, y su obra desafía consistentemente las normas sociales y de género, utilizando la fantasía especulativa como un lente crítico para analizar la sociedad taiwanesa y la condición humana en la era de la tecnología. Membranas (Mo, 膜), publicada originalmente en 1995, es su novela de culto más reconocida internacionalmente.

La novela

Membranas se erige como una obra provocadora y compleja que trasciende las etiquetas de género. En un mundo distópico, a finales del siglo XXI, la superficie de la Tierra ya no es habitable y los seres humanos se ven obligados a abandonarla para crear un nuevo mundo bajo las profundidades marinas. Los cíborgs son los únicos seres capaces de resistir los mortales rayos ultravioletas; sostienen la infraestructura superficial del planeta y permiten que la vida continúe bajo el agua. Incluso se dedican a llevar a cabo guerras por encargo.

La humanidad ha sido empujada bajo el mar, separada por una gran membrana de la superficie tóxica e inhabitable. La novela sigue a Momo, una «limpiadora» de fondos marinos y prestigiosa esteticista de Ciudad T, que dedica su vida a tratamientos dermatológicos revolucionarios capaces de rejuvenecer la piel. Tras una vida marcada por la incertidumbre sobre su identidad y procedencia, al cumplir los 30 años todo da un giro inesperado: descubre un secreto que dará respuesta a muchos de los interrogantes de su pasado y su presente.

Una membrana que, siendo frontera, sirve de interfaz

El concepto central de la «membrana» funciona como una metáfora rica y multifacética. Las membranas son un elemento constante en esta historia: actúan como frontera física que separa el aire tóxico de la superficie del agua habitable, el mundo de los privilegiados del de los marginados. Pero también puede entenderse como la piel, el límite del cuerpo que, en este universo, es maleable, alterable y sujeto a la tecnología. La novela explora si estas membranas son barreras de aislamiento o vías de encuentro; la respuesta es que son ambas cosas. Son interfaces a través de las cuales se negocian las relaciones, las fusiones tecnológicas y la definición misma del yo.

Cuerpos, piel y filosofía queer

La novela es un texto queer explícito que utiliza el cyberpunk para deconstruir la biología y la identidad estática de las personas. La fluidez de género, las relaciones no normativas y la crítica a la heteronormatividad son omnipresentes. Los cuerpos no son destinos biológicos, sino superficies de inscripción social y tecnológica. La piel —la membrana— se convierte en un símbolo de autonomía corporal y posibilidad de redefinir el género y la sexualidad más allá de las imposiciones naturales o sociales.

La traducción como mediación cultural

La experiencia de lectura en español, mediada por la traducción de Alberto Poza Poyatos, resulta esencial para comprender los matices del texto.

El chino no tiene marcadores de género obligatorios en los pronombres como el español. La traducción se ve obligada a elegir entre «él» o «ella» para Momo, imponiendo una binariedad de género que el original elude. Pese a esos límites, la versión española logra visibilizar un canon queer no occidental.

La novela, escrita en 1995, menciona tecnologías que hoy nos resultan anacrónicas (discos láser, correo electrónico convencional). El traductor debe decidir si modernizar estos términos para mantener la sensación futurista o conservar el anacronismo para preservar el contexto de la época. En general, opta por la fidelidad, lo que genera una textura temporal interesante: un futuro de alta tecnología con elementos tecnológicos obsoletos.

Por otra parte, la obra es un cyberpunk con sabor taiwanés, no una imitación del cyberpunk anglosajón. La traducción debe capturar esa especificidad, evitando que la obra sea occidentalizada. La crítica a la sociedad de consumo y a la tecnología tiene matices locales que difieren de las obras de Gibson o Dick.

En suma, la traducción al español era fundamental para que Membranas trascendiera fronteras, pero inevitablemente introduce una capa de interpretación que negocia entre el mundo taiwanés de 1995 y las personas hispanohablantes de hoy. El desafío era mantener viva la esencia subversiva y los matices culturales del original. No era fácil, pero el traductor lo logra.

Relevancia política en el contexto de Taiwán

La novela fue escrita poco tiempo después del levantamiento de la ley marcial en Taiwán, a finales de los años 80, un período que trajo consigo el fin de la censura masiva y una afluencia repentina de influencias culturales (cine, literatura, música) de todo el mundo. Este «boom» cultural se entrelazó con un momento de intensa redefinición de la identidad taiwanesa, en un tira y afloja constante bajo la sombra política de la República Popular China.

La novela contiene referencias sutiles y explícitas a este contexto político y geográfico de Taiwán. Los simbolismos pueden leerse en esa clave: búsqueda de identidad, “madre” opresora, aislamiento insular, tecnología y supervivencia. Por ello, hay quienes no solo ven Membranas como un texto queer explícito, sino también como una alegoría política sobre la autonomía y la identidad nacional taiwanesa.

Maternidad desnaturalizada y final desgarrador

Un punto crítico de la novela es la subversión de la maternidad tradicional. Chi Ta-wei presenta una maternidad caracterizada por la ausencia afectiva y la mediación tecnológica. El vínculo entre Momo y su madre está mediado por barreras físicas y secretos, revelando una relación de propiedad y, en última instancia, de explotación más que de parentesco amoroso. La memoria juega un papel crucial: los recuerdos fragmentados de Momo son la clave para desmantelar la narrativa oficial de su origen y la naturaleza opresiva de su vínculo filial, demostrando que la verdad está enterrada bajo capas y capas de manipulación.

Aunque implique un spoiler (lo siento), el final desvela que la vida de Momo durante los últimos 20 años ha sido una simulación completa. Tras una cirugía fallida en su infancia, solo quedó su cerebro. Todo lo que experimentamos junto a ella —su trabajo como técnica dérmica, su perro Andy, su casa con forma de infinito, su ciudad submarina— era una construcción digital, una “Matrix” diseñada para mantener su cerebro vivo y activo.

Este final desafía la noción misma de realidad. La identidad de Momo se disuelve: pasa de ser un ser humano solitario a convertirse en un recurso, un objeto de consumo para la tecnología. Igual que su amiga de la infancia, Andy, que en realidad era un cíborg diseñado como “repuesto” para Momo.

La madre no es una figura amorosa que regresa, sino la gestora o propietaria de este experimento. En el final ambiguo y melancólico, la novela concluye con Momo aún en un estado de existencia mediada, lo que refuerza la idea queer de que la vida y la identidad son un flujo constante, sin un punto final fijo o natural.

En resumen, Chi Ta-wei utiliza la maternidad como un lente crítico para exponer las fallas de su sociedad distópica: la alienación, la mercantilización del cuerpo, la explotación tecnológica y la artificialidad de las relaciones humanas cuando se basan en el control y el secreto. La membrana que separa a Momo de su madre es la barrera entre la narrativa socialmente aceptable de la maternidad y la cruda realidad de su origen artificial y explotado.

Conclusiones finales

Membranas es una obra desafiante y esencial. No ofrece respuestas fáciles ni un final convencional; más bien, se disuelve en una ambigüedad que refleja la fluidez de la identidad misma. Es una novela que utiliza el futuro para criticar nuestro presente, explorando las intersecciones entre tecnología, política corporal y la búsqueda de una identidad auténtica en un mundo artificial.

Para el lector no familiarizado con autores asiáticos, ofrece una perspectiva fascinante y radical que expande los límites de lo que la ciencia ficción y la literatura queer pueden lograr. Es una lectura que perdura y obliga a reflexionar sobre las membranas que construimos entre nosotros y nuestro propio yo.

> Aquí una entrevista a Chit Ta-Wei

> Aquí algunas referencias sobre el autor

> Aquí un video con Alberto Poza Poyatos, traductor de Membranas


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