Cierre crítico: ¿Vivimos ya en mundos distópicos?

Las ficciones analizadas no son meras especulaciones futuristas ni sólo ejercicios de imaginación narrativa. Funcionan como espejos críticos de nuestro presente. Lo que inquieta no es solo lo que describen, sino lo que reconocemos en ellas.

Casi todas las obras revisadas —y muchas otras del corpus más amplio— insisten en una misma preocupación: el control creciente sobre los cuerpos de las mujeres, en especial sobre su capacidad de gestar, decidir y vincularse. Lo hacen desde escenarios extremos, sí, pero construidos sobre lógicas reconocibles: discursos o políticas concretas en torno a la seguridad, la salud pública, la empatía, la moral o el progreso. Lógicas que hoy aparecen en políticas reales, sentencias judiciales, debates mediáticos y legislaciones que, poco a poco, van naturalizando formas de vigilancia y subordinación. El crecimiento de la ultraderecha y del fascismo, el acceso al poder de personajes autoritarios, la desnaturalización de la democracia, el cuestionamiento y recortes de los derechos de las mujeres, el aumento de la desigualdad, del racismo, de la discriminación y de las fracturas sociales, son algunos de los fenómenos del presente que nos sitúan en caminos clara y preocupantemente distópicos.

En este contexto, no es extraño que el cuerpo femenino emerja como uno de los principales espacios de disputa en el contemporáneo capitalismo patriarcal. El cuerpo femenino —diverso, situado, atravesado por clase, raza, deseo o experiencia migrante— se convierte en territorio político, y la maternidad, en una zona de disputa que trasciende lo íntimo. No se trata únicamente de “prohibir” o “imponer” —aunque a veces se haga—, sino de diseñar marcos legales, narrativos y económicos que limiten la posibilidad de elección. Es ahí donde muchas de estas novelas alzan la voz: cuando el poder busca decidir cuándo, cómo, y si las mujeres deben ser madres, hablar, amar o resistir.

Estas distopías feministas no proponen un futuro improbable. Nos preguntan si el presente ya ha normalizado ciertas violencias en nombre del orden, del bien común o de la estabilidad. Y al hacerlo, nos ofrecen una herramienta crítica que antes era terreno exclusivo de las utopías: imaginar otros mundos posibles para poder cambiar este.

Anexo: Listado de autoras

En las 65 obras reunidas en este corpus —escritas originalmente por 58 autoras de diversas procedencias y estilos—, 44 apuestan por imaginar el colapso, el autoritarismo o la fractura como parte del tejido narrativo. ¿Qué nos dice este dato? Que la ficción feminista contemporánea no busca evadir el presente, sino confrontarlo desde sus fisuras. Más que anticipar el futuro, lo que hace es insistir en que ese futuro ya está aquí. El miedo, el deseo, la maternidad, el lenguaje y la ley son atravesados por sistemas de poder que estas autoras no temen nombrar.

Este listado —ordenado por autora e integrado sólo por aquellas obras que han sido traducidas al español o escritas originalmente en este idioma— ofrece una cartografía parcial pero significativa de la ficción especulativa que están escribiendo las mujeres entre las ruinas de lo posible.

Nota: Hemos excluido conscientemente las novelas destinadas a jóvenes y las obras de fantasía, para evitar alargar excesivamente el listado