Ordenando papeles he rescatado un par de artículos antiguos sobre Ciencia Ficción. Aunque su temática no es propiamente el feminismo, que es el asunto de este blog, no me resisto a transcribirlos (están en papel) y subirlos. Este artículo en concreto analiza algunas obras en las que la lingüística juega un papel troncal. Fue publicado en la añorada revista “Página Abierta” allá por enero de 1998. No he corregido ni actualizado nada, para respetar lo que entonces escribí.

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Decir que en la Ciencia Ficción (CF) aparecen especies y civilizaciones muy diferenciadas y contrapuestas y con frecuencia en conflicto, es un cliché. Las relaciones y más particularmente los problemas de comunicación entre ellas son efectivamente temas reiterativos en la CF. Y es verdad que, al ser inmensa mayoría los autores norteamericanos, se manifiesta más que a menudo la enrome prepotencia e imperialismo lingüístico y cultural que suele caracterizarlos. ¡Nada más absurdo y ridículo esas novelas en las que cada vez que aparece un alienígena, por más verde que sea o antenas que tenga, resulta que sabe inglés!

Circulo espadas

Pero afortunadamente, hoy no son pocos los autores y sobre todo las autoras, que nos describen de forma magistral las a veces insuperables dificultades para l interacción y la comunicación, no ya con seres basados en el silicio, sino entre las propias culturas humanas. Valga como ejemplo la muy recomendable «Círculo de Espadas» de la autora norteamericana Eleanor Arnason, que especula con las relaciones hetero y homosexuales en y entre dos culturas diferentes y enfrentadas. Los sobrentendidos de los códigos, gestos y lenguaje del “otro”, considerado además enemigo, son piezas básicas en la novela.

Si complejo resulta para personas de la misma cultura intercambiar con códigos entendibles las percepciones particulares de realidades comunes, cuanto más difícil lo será el hacerlo entre personas de culturas cuyas pautas de comportamiento y códigos de conducta no sólo pueden ser diametralmente opuestos, sino desconocidos y por ello frecuentemente percibidos como perversos y/o amenazantes.

Ender

De esta forma no son pocas las veces en las que en la CF (y ¡ay! en la propia realidad que nos rodea) el “otro” en cuanto incomprensible es percibido como agresivo, como “invasor”. Una novela que expresa bien este problema es la popular «El juego de Ender» de Orson Scott Card, en que las “insectores” parecen querer conquistar la tierra pero que a la postre son destruidas por el cadete Ender, protagonista de la serie. Despues, cuando por fin Ender logra descifrar los códigos para comunicarse con ellas, lo que resta de la reina de las “insectores” le dice “Si te pudiéramos haber hablado… Pero no pudo ser, sólo te pedimos esto: que nos recuerdes, no como enemigos, sino como hermanas trágicas, que han tomado una forma repulsiva por la gracia del Destino, de Dios, o de la Evolución. Si nos hubiéramos besado, se habría producido el milagro de ser humana a los ojos del otro”.

Pero por suerte son también muchas las obras de CF en las que la necesidad y las dificultades de comunicación (entre especies, culturas e incluso sexos) son tratadas de forma extraordinariamente sugerente. A mi entender estas pocas obras consiguen reflejar algunos de los debates más interesantes de la lingüística.

Babel17

Una de ellas es «Babel-17» (1966) de Samuel R. Delany, que obtuvo el premio Nébula en 1966. Es una de las primeras novelas en las que de una forma original el verdadero protagonista es el lenguaje.

En Babel 17 unos invasores que amenazan nuestra civilización envían códigos en una lengua desconocida. Y cada vez que se detecta la recepción de esa lengua indescifrable, se producen sabotajes en sitios sensibles del sistema. La poetisa u capitana Ryda Wong, lingüista, telépata, al mando de una curiosa tripulación, sale en busca del origen de ese misterioso lenguaje.

Delany nos plantea por primera vez la utilización del lenguaje como arma, las claves y los condicionamientos del mismo… El lenguaje de los invasores resulta ser a la postre un poderosos instrumento de comprensión del significado profundo de las cosas y de dominio sobre la realidad. La inexistencia del “yo” y del posesivo en general en ese lenguaje plantea curiosos problemas de incomprensión absoluta de la individualidad, pero también la posibilidad absoluta de manipulación y control.

Comprender el mensaje es tener los instrumentos para vencer a los invasores… Comprender el lenguaje es vencerlos. Pero el lenguaje condiciona la perspectiva del mundo, y … ¿no existe el peligro de que situarse en la perspectiva, en la visión del mundo del “otro”, del “enemigo”, se terminen comprendiendo sus valores, aspiraciones, sus formas y sus ganas de vivir? Comprender al enemigo es poder vencerlos, pero también es correr el peligro, como lo corre la capitana Ryda, de ver la propia guerra como algo inútil o incluso cambiar de bando. Y todo ello ambientado en la buena literatura que caracteriza a Delany y en clave de aventura que hacen que se lea con ganas y de un tirón.

Lenguajes pao

Antes que Delany, Jack Vance con su «Los lenguajes de Pao» (1958) se había convertido en precursor de la sociolingüística en la CF. Pao es un planeta paradisíaco, donde sus habitantes se caracterizan por una actitud extremadamente pacífica y por la resistencia no violenta, pasiva, ante los propios gobernantes, que no pueden sino adecuarse a los deseos de la gente. Pero Pao es invadido. Y para obtener su libertad sus gobernantes se embarcan en un experimento a gran escala para que los paoneses aprendan un nuevo idioma que permita hacerles comprender conceptos tan ajenos a ellos como en de la violencia o el de la resistencia activa.

El precepto Palafox explica su teoría en la novela. “El paonés es un lenguaje pasivo, desapasionado, Describe el mundo en dos dimensiones, sin tensiones ni contrastes. Un pueblo que habla paonés en teoría debe ser dócil, pasivo, carente de un desarrollo notable de la personalidad… De hecho, así son los paoneses. El nuevo idioma se basará en el contraste y la comparación de la fuerza, con una gramática sencilla y directa. Por ejemplo, considere la frase El leñador tala un árbol. En el nuevo idioma la frase sería esta: El leñador supera la inercia del hacha, el hacha hace añicos la resistencia del árbol”.

Sólo que, al cambiar el lenguaje, ¿seguirán siendo paoneses?

En esta novela Vance extrapola la hipótesis de los lingüistas Sapir-Whorf, según la cual la estructura profunda de un lenguaje condiciona tanto la naturaleza de la cultura en la que existe, como la forma en que los humanos perciben el mundo. En Los lenguajes de Pao se plantea un experimento reflexivo y especulativo, que es lo que caracteriza a la CF. Las teorías de Sapir-Whorf son hoy muy discutidas. Pero ¿Qué mundo se desarrollaría en el caso de que ambos tuvieran razón? Eso es lo que nos propone Vance en su novela.

Empotrados1

Sin embargo, quien a mi entender consigue bordar una obra redonda en torno a los problemas del lenguaje es Ian Watson con su «Empotrados» (1973). Se trata en mi opinión de la mejor novela de ciencia ficción que contempla la lingüística como tema central.

Se desarrolla en tres historias paralelas: La expoliación de la selva amazónica avanza a pasos agigantados por la construcción de una presa gigantesca -financiada por EE.UU.- que anegará millones de km2 en medio de la mala conciencia de quienes la construyen; una tribu amerindia (los xemahoa) utilizan drogas psicotrópicas para desarrollar un nuevo lenguaje, con el que pueden comprender la esencia profunda de las cosas y, por tanto, modificarlas.

A unos niños, secuestrados del Tercer Mundo, se les enseña un lenguaje artificial mediante un repugnante experimento que los mantiene en total aislamiento del resto de la humanidad y cuya estructura resulta ser similar a la utilizada por los xemahoa. El experimento pretende nada menos que determinar las propiedades universales (la “gramática universal”) que están en la base de todas las lenguas humanas posibles. Propiedades que -siguiendo a Chomsky- son consecuencia de una facultad innata que poseen todas las personas.

Finalmente, unos alienígenas -los Sp’thra- intentan comprender a la humanidad a través de un análisis de sus lenguajes. También los Sp’thra buscan la esencia última de la comprensión de las cosas. Y para ello recorren la galaxia “coleccionando” lenguajes.

Junto a un examen detenido y concienzudo del poder del lenguaje para dar forma a la percepción, la novela incorpora además elementos de antropología, ecologismo, la CIA, movimientos de liberación en Latinoamérica, primer contacto con extraterrestres, drogas que amplían la conciencia… Se trata, pues, de un verdadero tour de forcé, soberbiamente realizado. Una novela con una entretenida trama de aventuras, llena de ideas sugerentes y con una perfecta técnica narrativa. Imprescindible.

Native Tongue

Mas reciente es «Lengua materna» (1984) de la lingüista y feminista norteamericana Suzette Haden Elgin. En un mundo a finales del siglo XXII la sociedad ha involucionado de tal forma que las mujeres no tienen derechos de ningún tipo, no se les encomienda ninguna tarea de importancia, no pueden comprar, no tienen propiedades, no votan…Una atmósfera opresiva que recuerda la descrita por Margaret Atwood en El cuento de la criada, sólo que fue escrita un año antes. Por lo demás la política, la economía y la lucha por el poder han cambiado bien poco. El comercio interplanetario ha convertido la interpretación de lenguajes en un bien precioso. El conocimiento de los lenguajes de estos seres se convierte en un arma poderosa, en un instrumento de poder. Y esa tarea ha sido asumida por las dinastías de lingüistas.

Desde recién nacidos los hijos e hijas de las dinastías lingüistas (“las líneas”) son sometidas a la interacción con seres alienígenas en una interface, de tal forma que el lenguaje alienígena se convierte para ellos en una “lengua materna”.

La resistencia de las mujeres, sobre todo de aquellas que han sido agrupadas en las llamadas Casas Estériles (cuyo nombre lo evoca todo), se centra en la creación de un lenguaje propio, un lenguaje de las mujeres. La enseñanza clandestina de esta nueva lengua a todas las niñas cambiará la situación. El lenguaje es poder. Las lenguas actuales han sido creadas en función de la percepción y de las necesidades de los hombres. La creación y el uso del nuevo lenguaje exclusivo para las mujeres (el Láadan) y enseñado a ellas como lengua materna, transformará la realidad opresiva en que viven.

Más allá de lo cuestionable de esta tesis en la línea de la teoría de Sapir-Whrof, lo cierto es que plantea, de una forma radical si se quiere, la consideración del lenguaje como una construcción masculina, que viene a expresar en la mayoría de las ocasiones la visión de un mundo con ojos de hombre.

Lengua Materna

¿Qué palabra podría expresar, por ejemplo, cuando una siente, como si fuera directamente el dolor/pena/sorpresa/alegría/ furia de otra persona. O ¿cómo describir mediante una palabra la acción de comer de más porque no se tiene control sobre nada en la vida excepto sobre la cantidad de comida. Cuando se come de más cómo una forma de gratificarse? U otra palabra que exprese el temor tan frecuente a algo supuestamente festivo pero que resulta en realidad una carga y que se convierte en una ocasión temida. Definiciones para palabras de percepciones que nunca antes habían tenido palabras. Las percepciones de las mujeres. Eso era el Láadam.

Lo más hermoso de la novela es la descripción de la resistencia de las mujeres, el valor que le da a la solidaridad que se genera entre ellas, lo esencial que es en esa resistencia la comunidad de las mujeres… Quizás embellecido, tal vez incluso en algún momento panfletario, pero ¿Cuántos panfletos nos inundan todos los días enalteciendo la insolidaridad y el individualismo? En suma, Lengua Materna es otra preciosa novela sobre lenguajes, relaciones entre los sexos y feminismo. Hay que leerla.

Noviembre 1997